lunes, 5 de noviembre de 2012

Capítulo 22: Los Santos Inocentes en la Universidad


-¡Vamos, vamos! Tened cuidado o se despertarán- el crujir de un puerta abriéndose, sonó- ¿Lo lleváis todo?
-¡¡Sí!!
-¡Shhh!- les riñó- ¡No hagáis ruido! ¡Manos a la obra!
*      *      *
Era domingo. El día se había abierto sin ninguna nube, el frío asomaba por los rincones, y la universidad se despertaba despacio.
-¡Buenos días!- bostezó Fye, quien caminó hacia el armario a por su ropa. En el interior de la puerta del mismo, tenía colgado un pequeño espejo de mano. Le dedicó una sonrisa fugaz, continuó rebuscando en una balda y retrocedió para observarse con mayor detenimiento.- ¡¡Ei, chicos creo que hoy me siento paisajista!!- y comenzó a reír.
Los recién levantados Tôya y Yukito, observaron la cara de Fye: en ella había dibujado un lindo paisaje de colinas verdes dominadas por un inmenso cielo azul. Ambos cruzaron una mirada y se echaron a reír.
-¡Menuda pinta tienes con esas patillas, bigote y cejas postizas, Yuki!- se carcajeaba Tôya de su primo.
-¿Y qué hay de ti, Hulkôya?- dejó caer.
-¿Cómo me has llamado?- el moreno se acercó a Fye, le arrebató el espejo de entre las manos y miró su rostro completamente verde con una mala caligrafía en tinta negra, la palabra entre comillas, Hulkôya.- Esta letra es de…
-¡Vamos Tôya! No le des más importancia. Hoy es un día festivo en la universidad (aunque caiga en domingo)- El decepcionado Fye le tendió una toallita desmaquillante a su compañero.
-Por lo que…- coincidió Tôya con una sonrisa maligna en la cara y aceptando la toallita.
Al poco tiempo, Kurogane había abierto los ojos. Sus compañeros de habitación estaban recogiendo (según lo que a ellos les parecía recoger) el dormitorio. Este tras ver un ligero atisbo extraño en el comportamiento de ellos, recogió su neceser del suelo. Necesitaba lavarse los dientes, por lo que fue directo al baño. En su camino se encontró con la pareja formada se Shaoran y Ryhuo. Al primero le dio un ataque de risa.
-¡Vaya, Kurogane! Pareces…diferente…-comenzó Shaoran.
-¿Y a ese que le pasa?- señaló Kurogane a Ryhuo, quien recibió un codazo de su amigo.
-¡Uy, sí! Hoy estás muy atractivo- y siguió llorando de la risa.
-¿Atractivo?- se sonrojó levemente- ¡Déjate de estupideces enano!- se hizo el molesto reanudando su camino.
La puerta de la habitación se volvió abrir.
-¡¡Mentecatooo!! ¿Qué me has hecho?- Kurogane zarandeaba Fye cogido por el cuello de la camisa, mientras este se reía.
-Espera Kurote, yo no he hecho nada.- las risas en la habitación se hacían visibles.
-¡Espero que algún día nos hagas un striptise!- se aventuró Kamui apoyado en el marco de la puerta. Junto con el comentario las risas se magnificaron.
-¡Que ese culillo no pase hambre!- dijo Shougo tras ver la reacción del espadachín.
-¡Vaya, pero si es Kurohermosa!- argumentó Primera, acompañada de todos los que aún no habían llegado al cuarto.
-¡¡Con que habéis sido vosotras!!- las acusó tras percatarse de la instantánea tomada por Hikari.
-¡Oye señorita!- empezó Ryhuo con la voz varias octavas más aguda de lo habitual- ¿Hoy qué me vas a enseñar? ¿Cómo retocarme el maquillaje?- bromeó este con la ocurrencia, al tiempo que le daba palmaditas en la espalda a su mentor. Sin correa alguna, Kurogane lo agarró del cuello, intentando asfixiándolo.
-¡¡Ya está bien de bromitas!!- el semblante del chico cambió. Se había endurecido, y las venas de la frente se hacían notar.
By Sakurita
-Kurorin…- Fye, quien quiso ayudar al joven Ryhuo, recibió parte de la ira de su amigo. Ya que Kurogane se había sacado los dos enormes cojines que estaban sujetos a su pecho en un sujetador XXXL, y se los había metido en la boca para que este no lo interrumpiera. El aludido con las lágrimas exaltadas prosiguió con su argumento, una vez que le devolvió los cojines a su portador.
-¡Oye, Oscurogane! Nosotros hemos amanecido con pintas similares- Fye le entregó una ristra de fotografías que se habían hecho mientras él dormía.
-¡De verdad, no tenéis remedio!- sonrió finalmente tras ver el espectáculo montado- A ver si adivino…Hoy se celebra, el Tsuki Akai University, el día de los Santos Inocentes ¿verdad?
*      *      *
-¡¡Te he dicho mil veces que no hagas ese tipo de cosas!!- Primera estaba hecha una energúmena.
-¡Venga si ha sido  una tontería de nada!- Shougo intentaba cortarle el paso, a lo que ella diligentemente lo esquivaba sin problema alguno.
-¡La próxima vez te lo pensarás dos veces antes de asustarme!- se paró en seco, levantó un dedo y finalizó- ¡Rectifico! ¡No habrá próxima vez!
-¡¿Será una broma?! ¡Primera, por favor! ¡No me dejeeess!- le lloraba su novio persiguiéndola, al tiempo que ella caminaba atusándose el cabello.
*      *      *
Mientras tanto en otra habitación. Tomoyo se concentraba en seguir estrictamente con su tarea. Sakura y Chii entraron en su dormitorio. Unos hilos rojos (inundándolo todo) le impidieron continuar hacia el interior.
-¿Tomoyo qué haces?- preguntaron al unísono las primas, al descubrir el laborioso trabajos de su amiga.
-Pues veréis…- se volvió hacia ellas para mostrarles con todo detalle el enorme mosaico- Estoy elaborando la broma que les voy a gastar a cada uno de ese Trío Infernal…¡Kamui me las vas a pagar!- la aureola rojiza típica de los enfados de Tomoyo, volvió a aparecer. Chii, sin darle el más mínimo interés, tocó uno de los hilos haciendo temblar toda la telaraña- ¡¡Cuidado, no la toques!!- le gritó la gemela, volviendo a colocar un de la fotografías en un enorme corcho, con una chincheta- ¡No se puede perder nada! ¡Todo es importante!
-Nosotras estábamos de paso…- dijo Sakura al ver la obsesión que su amiga había alcanzado. Cogió la carpeta que estaba depositada encima de su cama, con un cuidado extremo de no tocar ninguno de los hilos que formaban la entramada telaraña, al más puro estilo psicópata.
Cerraron la puerta tras de sí.
-Las gemelas le ponen mucho empeño a todo lo que hacen ¿no?
-¡¡Kamui!!- la voz del vampiro las había sobresaltado.
-Sé que está tramando algo- sonrió de forma seductora, arrinconado a Sakura contra el marco de la puerta- ¿Pero qué es?
-Kamui…- ella intentaba (disimuladamente) deshacerse de la trampa en la que la tenía metida.
-Dime- continuó él con su ola expansiva de seducción.
-Yo creo que realmente tienes muy claro que no está disponible- intervino Chii para salvación de su prima.
-¿Todavía sigues ahí?- dijo irritado el muchacho.
-Lo lamento mucho, Kamui, pero tenemos que marcharnos. Nos están esperando- Sakura se escabulló por fin. Y juntas salieron a toda prisa.
-Otra vez será- sonreía él mientras las observaba.
*      *      *
Hikari y las demás las esperaban en la puerta de la sala común.
-¿Qué creéis que será tan importante como para citarnos aquí?- comentó ella inocentemente.
-No se…pero viniendo de Shougo…- añadió Primera poniendo los ojos en blanco.
Un escalofrío recorrió la espalda de Chii.
Una vez estuvieron todas, entraron sin demora. Un caño de agua helada les cayó del cielo, empapando completamente sus uniformes. Un fogonazo de luz apareció, y una instantánea salió con éxito de la cámara.
-¡¡Ha sido mejor de lo que creía!!- rieron la mayoría de los chicos (excluyendo a Tôya y a Yukito, los cuales no se encontraban en la sala).
-¡Yo quiero una copia, Ryhuo!- argumentó Kamui con su indiscutible sonrisa ladeada.
El grupo formado por el trío disfrutaba de lo lindo viendo como se transparentaba la ropa mojada de las chicas, mientras que por otro lado, el resto de los participantes de la broma se sintieron repentinamente culpables tras ver las caras de desesperación de ellas. Les ofrecieron sus cazadoras para cubrirse y no pasar frío hasta que pudieran cambiarse. Tomoyo comenzó a reírse de manera sádica.
-¡Ya veras, Kamui, ya verás!
*      *      *
-¡Ya está todo listo!- la gemela de cabello ondulado miraba orgullosa su trabajo por fin acabado- ahora solo me falta ponerlo en marcha.
En ese instante entraron sus compañeras de habitación lideradas por Primera (quien no tenía constancia de la telaraña montada por Tomoyo). La chica tropezó con uno de los hilos rojos, provocando una avalancha en el cuarto.
-¡¡Noo!! ¡Todo mi trabajo!- gritaba entre lágrimas Tomoyo.
-¡¿Pero qué es esto?!- Primera intentaba quitarse de encima el nudo que acababa de enredar ella misma.
-¡Ya no podré devolvérsela a ese engendro mórfico y sin cerebro!- la rabieta de la chica le iba a durar una eternidad.
Tal y como de costumbre, cuando una de ellas se encontraba mal o triste, bajaban a la cafetería, tomaban asiento en una de las mesas con vistas al exterior, y elegían un par de tarrinas grandes de helado para compartir.
-No pasa nada…puedes gastarle otra broma- argumentó en tono conciliador Hikari.
-No creo que se me ocurra otra mejor- cogió una cucharada de helado de pistacho y se la llevó a la boca- me he pasado toda la mañana organizándola.
-¿Y qué tal si…?- le susurró al oído la idea que Primera acababa de tener, a la chica.
-No es tan rebuscada…pero servirá- se sonrieron las demás con complicidad.
*      *      *
A la hora del almuerzo, se encontraban todos los alumnos del campus sin excepción.
Caminaba decidido a no faltar a su cita. Recordaba cuando ella se la había entregado personalmente. Ahora, le parecía una estupidez haber aceptado. Pero en cambio, sino lo hubiese hecho, nunca podría haber tenido esa oportunidad para estar “a solas”, en la mesa ocho, del comedor. Una citación algo extraña, pensó, demasiado a la vista de SU oponente. Aunque solo podía ya pensar en sus ojos…Azules…Verdes…Marrones…
-¿Se puede saber qué hacéis vosotros aquí?- se malhumoró Kamui al descubrir a su hermano (Subaru) y a Ryhuo, sentados en la mesa de su cita- ¡Largaos, antes de que me arruinéis  la cita!
-Lo más curioso, hermano, es que tenemos (me refiero a Ryhuo y a mí, pero al parecer tú también) la misma citación, a la misma hora y en el mismo lugar- repuso Subaru con su rostro angelical.
-Eso quiere decir…- se volvió en busca del causante de “aquel malentendido”, pero lo único que encontró fue una gran cantidad de un líquido viscoso ambarino. Miel.
Tomoyo se abrió paso junto con Primera quienes llevaban un saco de plumas y un uno de los ventiladores del espectáculo de la diva, respectivamente. El Trío quedó plasmado en una divertida imagen captada (de nuevo) por Hikari, una vez quedaron cubiertos de las plumas.
La gemela de ojos grises se acercó al mayor de los vampiros.
-Esto no es más que mi opción “B”- le espetó- la “A” era demasiado cruel…- y se marchó tras chocar las palmas con sus amigas.
*      *      *
-¡Hola Kurogane!- lo saludó a lo lejos Sakura.
-¿Bajas al comedor?- le preguntó Shaoran- Por lo visto hay una serie de espectáculo- lo informó una vez estuvieron a la misma altura.
-Sí, lo se…- añadió este resignado.
La pareja se intercambió una mirada extrañada.
Al cabo de unos minutos se encontraban ante la puerta del comedor. Antes de que ella siguiera los pasos del espadachín, él la retuvo. Le acarició la cara con dulzura y la abrazó.
-¿A qué venía esto?- dijo ella contra el pecho de él.
-Llevábamos mucho tiempo sin estar juntos- concluyó, aunque el verdadero motivo era que no se podía creer que por fin se encontraran juntos y a salvo.
-Pero si nos vemos todos los días- sonrió ella sin escuchar los pensamientos más íntimos de él.
-Es cierto, aunque no siempre estamos solos…- en su mente apareció la cara del hermanos de la chica.
El móvil de la muchacha sonó de entre su bolsillo rompiendo así la escena.
-¿Sí? De acuerdo, ya estamos llegando.
-¿Quién era?
-Tomoyo, que nos ha guardado un sitio, dice.
Entraron. El comedor se había convertido en una sala de vídeo para todos los estudiantes. La amiga de Sakura los saludó desde la distancia.
-Está a punto de comenzar- dijo emocionada.
-¿Qué es?
-No sé, pero tiene pinta de ser interesante.
Para sorpresa de todos, Tôya apareció con un DVD en la mano.
-¡¡Atención!! ¡Tengo algo importante que enseñaros!

-¡¡Hermanooo!- Sakura corría intentando alcanzarlo- ¡No te escapes!

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