domingo, 17 de marzo de 2013

¡¡Especial!!

Bienvenidos chicos!! Tenemos una noticia super explosiva!! Los miembros del blogg viajamos hasta Jerez en busca de aventuras en el Salón Manga de este año. ¡¡Y menuda sorpresa!!

¡¡Nos encontramos con algunos de nuestros personajes favoritos!! Aquí os dejamos algunas imágenes ;)

Os presentamos a algunos de los personajes de Tsubasa XD

Esta carismática Chii de Chobits danzaba alegremente por el Salón dispuesta a posar para nosotros.
Más tarde encontramos a Zelgadis, personaje que sale en el anime Reena y Gaudi.


 Pronto dimos con algunas cartas Clow dispersas por el recinto, y porsupuesto les pedimos una fotografía.
!!Y por último os dejamos con los ganadores del concurso de Cosplay de este año!! (quienes hicieron un resumen de la historia de Sakura Cazadora de Cartas muy bueno)


jueves, 8 de noviembre de 2012

Capítulo 23: La primera nevada


Era una hermosa mañana de principios de Diciembre; el campus entero estaba alborotado, los estudiantes corrían escaleras abajo para salir al exterior, todos muy abrigados. El aire penetraba en sus vestiduras de forma instantánea, congelándolos. En el segundo edificio, en el ala Shiroi de la quinta planta, más específicamente, reinaba una paz casi imperturbable. Abrió los ojos lentamente, una luz blanca entraba en la habitación iluminándola de forma angelical, giró la cabeza y vio al vampiro de cabellos rubios vistiéndose muy emocionado.
-Fye, ¿qué haces levantado?-le preguntó, se percató del escándalo del jardín- ¿Qué está pasando?-dijo incorporándose.
-¡¡No te lo vas a creer!!-casi gritaba, estaba tan feliz que prácticamente no podía contenerse.-¡Está todo cubierto de ella!
-¿¡Se puede saber por qué hablas tan alto!?-se despertó Kurogane malhumorado.
-Le estaba diciendo a Tôya que…¡¡¡Está nevandooo!!!-no cabía en sí de gozo.
-No me digas-dijo Yukito acercándose a las ventanas. Se había despertado al escuchar el grito eufórico del joven vampiro.
-No es para tanto-decía Shougo sentándose en su cama. Unos golpes rápidos en la puerta y sin esperar respuesta alguna se abrió, eran Shaoran y el Trío Calavera, todos vestidos con ropa de abrigo, listos para salir a disfrutar del día.
-¿Todavía no os habéis vestido?-preguntó Kamui al ver a la mayoría de los chicos de la habitación en pijama.-¿O es que pensáis iros así?-dijo sarcásticamente con su habitual sonrisa.
-Nos acabamos de levantar, graciosillo-decía Kurogane mientras buscaba algo que ponerse en su armario.
-Nosotros vamos a avisar a las chicas-dijeron Tôya y Yukito.
*        *        *
En la habitación hacía mucho frío, una de las hojas de las ventanas estaba abierta de par en par, y el aire entraba en la estancia como alma que lleva el diablo. Las jóvenes se habían cambiado de ropa, para enfrentarse al día de la forma más apropiada. Se encontraban sentadas en las camas charlando tranquilamente. Unos golpes firmes sonaron en la puerta, Mokona fue la que abrió la puerta antes de que el pomo girara desde el exterior. Para sorpresa de los chicos sus hermanas y amigas estaban listas para un día perfecto en la nieve.
-Vaya, ¡qué temprano te has levantado “Sakuzzilla”!-decía mientras despeinaba con una mano a su hermana.
-¡Eh! Me acabo de peinar y… ¡¿Cuántas veces a de decirte que no me llames así?!-decía Sakura cabreada.
By Sakurita
-“Chiin-kong”, ¿no crees que vas un poco fresquita para la ocasión?-preguntó señalando a su prima que solo llevaba una blusa y unos vaqueros.
-Ja, Ja, muy gracioso-decía Chii molesta-¿nunca cambiarás?
-Por lo que veo, saludas a “todas” menos a tu novia-bromeaba Hikari haciéndose la enfadada. El joven moreno se apresuró a abrazarla. Se escucharon uno extraños ruidos en el marco de la puerta, se dieron la vuelta para contemplar algo digno de ver, no pudieron aguantar la risa.
-Wau, Yukito, ¿tenías frío?-decía Tomoyo entre risas. El joven aprendiz de mago se encontraba en el umbral intentando entrar en la habitación, parecía una bola, de la cantidad de ropa que llevaba puesta.
-Sois unos exagerados-decía-solo llevo unas ocho capas sin contar los dos anoraks que llevo encima, tengo la piel sensible- decía encogiéndose de hombros.
-Mira el lado positivo, si te caes por la escalera seguro que rebotas y no te haces ningún rasguño-decía Tôya flojo de la risa. En ese momento llegaron los demás al pasillo; poco a poco fueron bajando la escalera con sus respectivas parejas.
*        *        *
-Ya verás Chii, te voy a enseñar todo lo que sé-decía Fye muy sonriente. La chica estaba encantada. Ambos se alejaron del resto del grupo para que el vampiro pudiera dar sus clases particulares a su alumna más especial.
-Pues ellos no pierden el tiempo, desde luego-dijo sorprendido Shaoran; iba cogido de la mano de Sakura, se la acercó a los labios y suavemente la besó-¿qué prefieres hacer primero muñecos de nieve o esquiar?
-Mm, esquiar-dijo decidida, dedicándole una dulce sonrisa. La pareja se dirigió a una suave colina en la que estudiantes y algunos profesores esquiaban o hacían snowboard.
-Yo voy a ir a la cafetería, me he enterado de que hay un bufet libre desde por la mañana-dijo Yukito despidiéndose de sus amigos.
-Por cierto, ¿Dónde están Primera y Shougo?-preguntó Tomoyo a su gemela. Ésta le dio la negativa.-esta mañana Primera tampoco estaba…
-En nuestra habitación no ha estado-aclaró Kurogane respondiendo a la pregunta de Tomoyo aunque mirando a Hikari al hablar. Tomoyo se percató del gesto y frunció el ceño.
-Da igual, se habrán ido para estar a solas y tener intimidad- dijo Hikari quitándole importancia.-Tôya, ¿qué te parece se vamos a hacer muñecos de nieve?-propuso contenta.
-Me parece genial-contestó sonriendo, y echándole un brazo por los hombros a su novia dejaron solos a Tomoyo y Kurogane.-¿Qué les pasa a esos dos?-preguntó una vez lo bastante retirados como para que no los escucharan.
-Ni idea-se encogió de hombros. Tomoyo vio como se alejaban uno pegado al otro y maldijo para sus adentros aquella incómoda situación: Kurogane no le dirigía la palabra, ni siquiera la miraba y para colmo se “queda” a solas con él; suspiró mirando a otra dirección cruzando los brazos. Si iban a estar así se le haría el día eterno e insoportable.
-¿Qué vas a hacer?-preguntó el espadachín con los ojos puestos en un grupo de muchachas que construían un muñeco de nieve torpemente.
-No lo sé, había pensado…-se calló de pronto, cogió aire y se colocó delante de él, mirándolo fijamente.-Había pensado en ir a dar un paseo y patinar.
-Bien, te acompañaré-le dijo. “No parece muy convencido” pensaba la chica desilusionada, “A lo mejor es que ha hecho planes con otra…” apartó ese último pensamiento de su mente.
-Vamos por ahí, parece un lugar tranquilo-señaló un sendero acogedor, propio de una estampa navideña.
*        *        *
-¿Te lo estás pasando bien, Chii?-preguntaba Fye; se encontraba detrás de ella, sujetándola de la cintura para que no se cayera, estaban montados en una tabla que según él era de snowboard pero para dos personas. Bajaban la colina a una velocidad vertiginosa.
-Claro que si Fye, contigo siempre me lo paso genial-dijo regalándole una encantadora sonrisa que sobrecogió a al vampiro.
*        *        *
-¿Eso qué es?-preguntaba Sakura alarmada. Shaoran palideció por momentos, era una avalancha que iba directa a ellos. Sin pensárselo dos veces se desabrochó rápidamente las correas de sus esquís y saltó para apartar a su novia de la tromba de nieve que se acercaba a la velocidad de la luz.
*        *        *
Más abajo los estudiantes hacían muñecos de nieve, muy divertidos. La pareja estaba formando una gran bola de nieve que sería el cuerpo de su muñeco, ella estaba agachada recogiendo nieve del suelo cuando Tôya lo vio, a lo lejos los estudiantes corrían en su dirección como si no fuera a haber un mañana, se le aflojaron las rodillas. Hikari se percató y miró en la misma dirección en la que su novio lo hacía; se le hizo un nudo en la garganta, notó como una mano agarraba la suya y la llevaba lejos allí.
*        *        *
La enorme ola de nieve siguió arremetiendo contra todo que se interpusiera en su camino. Andaban en silencio, no iban cogidos de la mano ni muy juntos, era como si algo los separara. La joven de cabellos largos, negros y ondulados había propuesto varios temas de conversación que finalmente quedaban en aquel incomodo silencio. Se estaba hartando de aquella ignorancia e inverosimilitud de él, no lo comprendía. Decidida se paró en seco y levantando la cabeza abrió su corazón.
-No lo entiendo, de veras no lo entiendo. Desde hace un par de semanas estás raro, no me miras, no me diriges la palabra, me evitas…He estado a tu lado te he apoyado, te he cuidado y, ¿así me lo pagas?-dijo con las lágrimas saltadas.
-No es eso, es…es complicado-dijo mirándola a los ojos por primera vez en todo aquel tiempo. Su mirada se desvió un poco más lejos, aguzó la vista y se dio cuenta de lo que iba a pasar, debían de salir de allí fuera como fuese. Ella se indignó y cansada de aquel juego se giró para descubrir a qué era lo que el joven clavaba sus ojos rubí. “Debe de tratarse de una pesadilla” se repetía la chica una y otra vez, no podía moverse, se había quedado paralizada por el miedo, tardó en escuchar a Kurogane gritando su nombre, aún así no se podía mover y aquella monstruosa ola de nieve les estaba pisando los talones. De pronto el espadachín la cogió en sus brazos y corrió como nunca lo había hecho para alejarse de aquel lugar.
*        *        *
-Ya estamos frenado-anunció Fye muy contento, se lo estaban pasando en grande. Habían descendido toda la colina sin cruzarse con nadie y aunque eso le extrañaba no le dio muchas vueltas. Un poco más lejos divisó a Kurogane corriendo con Tomoyo en brazos, era como si estuviera huyendo de ellos.
*        *        *
El joven moreno se dio la vuelta para ver a qué distancia estaba la ola, en ese momento lo vio, no se lo podía creer, dejó de correr sentó a Tomoyo en un banco retirado y muy cabreado fue directo a la ola. La chica al ver las intenciones del joven gritó su nombre pero no le hizo caso, en escasos segundos Kurogane quedó sepultado por la inmensa ola, o por lo menos eso es lo que creyó la joven, y con todo el dolor de su alma se arrodilló en el suelo y las lágrimas bañaron su rostro mientras gritaba el nombre de su amado con desesperación.
La nieve empezó a esparcirse por el suelo; fue entonces, solo entonces cuando el espadachín salió a la superficie, llevaba a Chii a la espalda y en una mano sujetaba el cuello de Fye, estrangulándolo. Se escucharon las voces de sus amigos, iban corriendo a su encuentro. Tomoyo se levantó y corrió a comprobar si estaban en buen estado y no había heridos. Una repentina felicidad la inundó por dentro al ver a Kurogane sano y salvo. 
*        *        *
El grupo se dirigió a una pequeña pista de hielo que había cerca. Para sorpresa de todos Primera y Shougo patinaban como una pareja de profesionales, haciendo acrobacias imposibles. Entraron en la pista con sus amigos; unas horas después llegó Yukito acompañado del Trío Calavera con unas grandes bolsas de comida, eran el almuerzo de todos, las dejaron encima de un banco y fueron a patinar con lo demás.
-Por cierto Kurogane, ¿cómo se te ocurre ponerte en medio de la avalancha de nieve?-preguntaba Shaoran preocupado.
-Veréis, ha sido bastante gracioso, estábamos Chii y yo haciendo snowboard con mi tabla cuando las pistas se quedaron libres, desiertas, a los únicos que vimos fueron a “Kuromiedoso” que corría con Tomoyo en brazos- explicaba Fye de forma resuelta.
-So pedazo de memo, no es que estuviera desierta la pista, es que ibais arrasando todo a vuestro paso; no soy un miedica, estaba salvándonos de ser sepulcrados por un idiota acompañado; y por último eso no es una tabla de snowboard sino de surf, cretino.-se justificaba Kurogane mientras estrangulaba a Fye y lo zarandeaba como si fuera un trapo.-Me puse delante de la ola y cogí al vuelo a el imbécil este y a Chii, mi cuerpo paró gran parte de la nieve pero no me tiró ni nada-concluyó Kurogane.
-Desde luego, con vosotros no se gana para sustos-dijo Hikari abrazando a su gemela. Kurogane se quedó mirando como patinaba Tomoyo, aunque intentaba que no se notase era evidente que era a ella a quién siempre miraría y salvaría. La voz de Fye interrumpió sus pensamientos.
-¡Mira Kurorin! ¡Mira lo que hago!-decía mientras daba vueltas de forma descontrolada.
-¡Fye, para!-Kurogane intentaba correr.
-¡¡No se parar!!
-¡¿¡QUÉ!?!-Kurogane hizo un movimiento en falso y cayó con estrépito sobre la dura y fría superficie del hielo. En ese momento Fye se paró a un metro suyo y se acercó.
-¿Estás bien?-preguntó-Vaya caída deberías haberte visto la cara-empezó a reír.
-Eres…eres-Kurogane arrojó a Fye por los aires, este aterrizó sobre la nieve boca arriba. Todos rieron, salieron de la pista y se sentaron donde estaba la comida, manos a la obra para almorzar. Comentaron las cosas que habían ocurrido en la ausencia de la estrella y de su pareja, y otras muchas cosas.
-Yuki, ¿te has pasado todo el tiempo desde que te fuiste hasta que has vuelto en la cafetería?-preguntó Tôya, al recordar aquel detalle.
-Claro,-contestó sonriente- ¿para qué creéis que ponen los bufets libres? Para comer todo lo que hay. Espero que os guste porque esto era lo último que había-dijo muy sonriente sin parar de comer a su ritmo habitual.
-Esto… ¿esto es lo último?-preguntaron todos al unísono, tragando saliva-¿Qué ha pasado con la demás?
-Me la he comido-dijo simplemente. Se les pusieron el vello de punta, en aquel bufet había comida suficiente para todo el día, para todos los estudiantes y profesores y aún así debía sobrar…
-Mirad, angelitos de nieve-canturreaba Fye tirándose al suelo y moviendo brazos y piernas.
-Madre mía, Fye, ¡Cuantos has hecho!-dijo Chii acercándose al lugar en el que el vampiro hacia sus angelitos de nieve.
-¿Quieres probar?-preguntó el joven con su habitual sonrisa.
-Nosotros hemos hecho este muñeco de nieve-dijo Kamui señalando a un gigantesco muñeco al que Subaru y Ryhuo daban los últimos retoques. Unos hicieron más muñecos y otros angelitos en el suelo. Kurogane estaba concentrado en su muñeco cuando Fye lo llamó.
-Kurotan, se parece a ti-dijo muy orgulloso al lado de un angelito que parecía un monigote.-¿A que sí?-dijo girando la cabeza para ver la reacción de su amigo, no le dio tiempo ni de pestañear cuando una enorme bola de nieve se estampó contra su cara. Escuchó la risa sonora de Kurogane. Todos se quedaron quietos y en silencio. Fye se agachó para formar una bola de nieve y con el grito de “Guerra de bolas”, el grupo de amigos empezó con la batalla sin parar de reír.

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lunes, 5 de noviembre de 2012

Capítulo 22: Los Santos Inocentes en la Universidad


-¡Vamos, vamos! Tened cuidado o se despertarán- el crujir de un puerta abriéndose, sonó- ¿Lo lleváis todo?
-¡¡Sí!!
-¡Shhh!- les riñó- ¡No hagáis ruido! ¡Manos a la obra!
*      *      *
Era domingo. El día se había abierto sin ninguna nube, el frío asomaba por los rincones, y la universidad se despertaba despacio.
-¡Buenos días!- bostezó Fye, quien caminó hacia el armario a por su ropa. En el interior de la puerta del mismo, tenía colgado un pequeño espejo de mano. Le dedicó una sonrisa fugaz, continuó rebuscando en una balda y retrocedió para observarse con mayor detenimiento.- ¡¡Ei, chicos creo que hoy me siento paisajista!!- y comenzó a reír.
Los recién levantados Tôya y Yukito, observaron la cara de Fye: en ella había dibujado un lindo paisaje de colinas verdes dominadas por un inmenso cielo azul. Ambos cruzaron una mirada y se echaron a reír.
-¡Menuda pinta tienes con esas patillas, bigote y cejas postizas, Yuki!- se carcajeaba Tôya de su primo.
-¿Y qué hay de ti, Hulkôya?- dejó caer.
-¿Cómo me has llamado?- el moreno se acercó a Fye, le arrebató el espejo de entre las manos y miró su rostro completamente verde con una mala caligrafía en tinta negra, la palabra entre comillas, Hulkôya.- Esta letra es de…
-¡Vamos Tôya! No le des más importancia. Hoy es un día festivo en la universidad (aunque caiga en domingo)- El decepcionado Fye le tendió una toallita desmaquillante a su compañero.
-Por lo que…- coincidió Tôya con una sonrisa maligna en la cara y aceptando la toallita.
Al poco tiempo, Kurogane había abierto los ojos. Sus compañeros de habitación estaban recogiendo (según lo que a ellos les parecía recoger) el dormitorio. Este tras ver un ligero atisbo extraño en el comportamiento de ellos, recogió su neceser del suelo. Necesitaba lavarse los dientes, por lo que fue directo al baño. En su camino se encontró con la pareja formada se Shaoran y Ryhuo. Al primero le dio un ataque de risa.
-¡Vaya, Kurogane! Pareces…diferente…-comenzó Shaoran.
-¿Y a ese que le pasa?- señaló Kurogane a Ryhuo, quien recibió un codazo de su amigo.
-¡Uy, sí! Hoy estás muy atractivo- y siguió llorando de la risa.
-¿Atractivo?- se sonrojó levemente- ¡Déjate de estupideces enano!- se hizo el molesto reanudando su camino.
La puerta de la habitación se volvió abrir.
-¡¡Mentecatooo!! ¿Qué me has hecho?- Kurogane zarandeaba Fye cogido por el cuello de la camisa, mientras este se reía.
-Espera Kurote, yo no he hecho nada.- las risas en la habitación se hacían visibles.
-¡Espero que algún día nos hagas un striptise!- se aventuró Kamui apoyado en el marco de la puerta. Junto con el comentario las risas se magnificaron.
-¡Que ese culillo no pase hambre!- dijo Shougo tras ver la reacción del espadachín.
-¡Vaya, pero si es Kurohermosa!- argumentó Primera, acompañada de todos los que aún no habían llegado al cuarto.
-¡¡Con que habéis sido vosotras!!- las acusó tras percatarse de la instantánea tomada por Hikari.
-¡Oye señorita!- empezó Ryhuo con la voz varias octavas más aguda de lo habitual- ¿Hoy qué me vas a enseñar? ¿Cómo retocarme el maquillaje?- bromeó este con la ocurrencia, al tiempo que le daba palmaditas en la espalda a su mentor. Sin correa alguna, Kurogane lo agarró del cuello, intentando asfixiándolo.
-¡¡Ya está bien de bromitas!!- el semblante del chico cambió. Se había endurecido, y las venas de la frente se hacían notar.
By Sakurita
-Kurorin…- Fye, quien quiso ayudar al joven Ryhuo, recibió parte de la ira de su amigo. Ya que Kurogane se había sacado los dos enormes cojines que estaban sujetos a su pecho en un sujetador XXXL, y se los había metido en la boca para que este no lo interrumpiera. El aludido con las lágrimas exaltadas prosiguió con su argumento, una vez que le devolvió los cojines a su portador.
-¡Oye, Oscurogane! Nosotros hemos amanecido con pintas similares- Fye le entregó una ristra de fotografías que se habían hecho mientras él dormía.
-¡De verdad, no tenéis remedio!- sonrió finalmente tras ver el espectáculo montado- A ver si adivino…Hoy se celebra, el Tsuki Akai University, el día de los Santos Inocentes ¿verdad?
*      *      *
-¡¡Te he dicho mil veces que no hagas ese tipo de cosas!!- Primera estaba hecha una energúmena.
-¡Venga si ha sido  una tontería de nada!- Shougo intentaba cortarle el paso, a lo que ella diligentemente lo esquivaba sin problema alguno.
-¡La próxima vez te lo pensarás dos veces antes de asustarme!- se paró en seco, levantó un dedo y finalizó- ¡Rectifico! ¡No habrá próxima vez!
-¡¿Será una broma?! ¡Primera, por favor! ¡No me dejeeess!- le lloraba su novio persiguiéndola, al tiempo que ella caminaba atusándose el cabello.
*      *      *
Mientras tanto en otra habitación. Tomoyo se concentraba en seguir estrictamente con su tarea. Sakura y Chii entraron en su dormitorio. Unos hilos rojos (inundándolo todo) le impidieron continuar hacia el interior.
-¿Tomoyo qué haces?- preguntaron al unísono las primas, al descubrir el laborioso trabajos de su amiga.
-Pues veréis…- se volvió hacia ellas para mostrarles con todo detalle el enorme mosaico- Estoy elaborando la broma que les voy a gastar a cada uno de ese Trío Infernal…¡Kamui me las vas a pagar!- la aureola rojiza típica de los enfados de Tomoyo, volvió a aparecer. Chii, sin darle el más mínimo interés, tocó uno de los hilos haciendo temblar toda la telaraña- ¡¡Cuidado, no la toques!!- le gritó la gemela, volviendo a colocar un de la fotografías en un enorme corcho, con una chincheta- ¡No se puede perder nada! ¡Todo es importante!
-Nosotras estábamos de paso…- dijo Sakura al ver la obsesión que su amiga había alcanzado. Cogió la carpeta que estaba depositada encima de su cama, con un cuidado extremo de no tocar ninguno de los hilos que formaban la entramada telaraña, al más puro estilo psicópata.
Cerraron la puerta tras de sí.
-Las gemelas le ponen mucho empeño a todo lo que hacen ¿no?
-¡¡Kamui!!- la voz del vampiro las había sobresaltado.
-Sé que está tramando algo- sonrió de forma seductora, arrinconado a Sakura contra el marco de la puerta- ¿Pero qué es?
-Kamui…- ella intentaba (disimuladamente) deshacerse de la trampa en la que la tenía metida.
-Dime- continuó él con su ola expansiva de seducción.
-Yo creo que realmente tienes muy claro que no está disponible- intervino Chii para salvación de su prima.
-¿Todavía sigues ahí?- dijo irritado el muchacho.
-Lo lamento mucho, Kamui, pero tenemos que marcharnos. Nos están esperando- Sakura se escabulló por fin. Y juntas salieron a toda prisa.
-Otra vez será- sonreía él mientras las observaba.
*      *      *
Hikari y las demás las esperaban en la puerta de la sala común.
-¿Qué creéis que será tan importante como para citarnos aquí?- comentó ella inocentemente.
-No se…pero viniendo de Shougo…- añadió Primera poniendo los ojos en blanco.
Un escalofrío recorrió la espalda de Chii.
Una vez estuvieron todas, entraron sin demora. Un caño de agua helada les cayó del cielo, empapando completamente sus uniformes. Un fogonazo de luz apareció, y una instantánea salió con éxito de la cámara.
-¡¡Ha sido mejor de lo que creía!!- rieron la mayoría de los chicos (excluyendo a Tôya y a Yukito, los cuales no se encontraban en la sala).
-¡Yo quiero una copia, Ryhuo!- argumentó Kamui con su indiscutible sonrisa ladeada.
El grupo formado por el trío disfrutaba de lo lindo viendo como se transparentaba la ropa mojada de las chicas, mientras que por otro lado, el resto de los participantes de la broma se sintieron repentinamente culpables tras ver las caras de desesperación de ellas. Les ofrecieron sus cazadoras para cubrirse y no pasar frío hasta que pudieran cambiarse. Tomoyo comenzó a reírse de manera sádica.
-¡Ya veras, Kamui, ya verás!
*      *      *
-¡Ya está todo listo!- la gemela de cabello ondulado miraba orgullosa su trabajo por fin acabado- ahora solo me falta ponerlo en marcha.
En ese instante entraron sus compañeras de habitación lideradas por Primera (quien no tenía constancia de la telaraña montada por Tomoyo). La chica tropezó con uno de los hilos rojos, provocando una avalancha en el cuarto.
-¡¡Noo!! ¡Todo mi trabajo!- gritaba entre lágrimas Tomoyo.
-¡¿Pero qué es esto?!- Primera intentaba quitarse de encima el nudo que acababa de enredar ella misma.
-¡Ya no podré devolvérsela a ese engendro mórfico y sin cerebro!- la rabieta de la chica le iba a durar una eternidad.
Tal y como de costumbre, cuando una de ellas se encontraba mal o triste, bajaban a la cafetería, tomaban asiento en una de las mesas con vistas al exterior, y elegían un par de tarrinas grandes de helado para compartir.
-No pasa nada…puedes gastarle otra broma- argumentó en tono conciliador Hikari.
-No creo que se me ocurra otra mejor- cogió una cucharada de helado de pistacho y se la llevó a la boca- me he pasado toda la mañana organizándola.
-¿Y qué tal si…?- le susurró al oído la idea que Primera acababa de tener, a la chica.
-No es tan rebuscada…pero servirá- se sonrieron las demás con complicidad.
*      *      *
A la hora del almuerzo, se encontraban todos los alumnos del campus sin excepción.
Caminaba decidido a no faltar a su cita. Recordaba cuando ella se la había entregado personalmente. Ahora, le parecía una estupidez haber aceptado. Pero en cambio, sino lo hubiese hecho, nunca podría haber tenido esa oportunidad para estar “a solas”, en la mesa ocho, del comedor. Una citación algo extraña, pensó, demasiado a la vista de SU oponente. Aunque solo podía ya pensar en sus ojos…Azules…Verdes…Marrones…
-¿Se puede saber qué hacéis vosotros aquí?- se malhumoró Kamui al descubrir a su hermano (Subaru) y a Ryhuo, sentados en la mesa de su cita- ¡Largaos, antes de que me arruinéis  la cita!
-Lo más curioso, hermano, es que tenemos (me refiero a Ryhuo y a mí, pero al parecer tú también) la misma citación, a la misma hora y en el mismo lugar- repuso Subaru con su rostro angelical.
-Eso quiere decir…- se volvió en busca del causante de “aquel malentendido”, pero lo único que encontró fue una gran cantidad de un líquido viscoso ambarino. Miel.
Tomoyo se abrió paso junto con Primera quienes llevaban un saco de plumas y un uno de los ventiladores del espectáculo de la diva, respectivamente. El Trío quedó plasmado en una divertida imagen captada (de nuevo) por Hikari, una vez quedaron cubiertos de las plumas.
La gemela de ojos grises se acercó al mayor de los vampiros.
-Esto no es más que mi opción “B”- le espetó- la “A” era demasiado cruel…- y se marchó tras chocar las palmas con sus amigas.
*      *      *
-¡Hola Kurogane!- lo saludó a lo lejos Sakura.
-¿Bajas al comedor?- le preguntó Shaoran- Por lo visto hay una serie de espectáculo- lo informó una vez estuvieron a la misma altura.
-Sí, lo se…- añadió este resignado.
La pareja se intercambió una mirada extrañada.
Al cabo de unos minutos se encontraban ante la puerta del comedor. Antes de que ella siguiera los pasos del espadachín, él la retuvo. Le acarició la cara con dulzura y la abrazó.
-¿A qué venía esto?- dijo ella contra el pecho de él.
-Llevábamos mucho tiempo sin estar juntos- concluyó, aunque el verdadero motivo era que no se podía creer que por fin se encontraran juntos y a salvo.
-Pero si nos vemos todos los días- sonrió ella sin escuchar los pensamientos más íntimos de él.
-Es cierto, aunque no siempre estamos solos…- en su mente apareció la cara del hermanos de la chica.
El móvil de la muchacha sonó de entre su bolsillo rompiendo así la escena.
-¿Sí? De acuerdo, ya estamos llegando.
-¿Quién era?
-Tomoyo, que nos ha guardado un sitio, dice.
Entraron. El comedor se había convertido en una sala de vídeo para todos los estudiantes. La amiga de Sakura los saludó desde la distancia.
-Está a punto de comenzar- dijo emocionada.
-¿Qué es?
-No sé, pero tiene pinta de ser interesante.
Para sorpresa de todos, Tôya apareció con un DVD en la mano.
-¡¡Atención!! ¡Tengo algo importante que enseñaros!

-¡¡Hermanooo!- Sakura corría intentando alcanzarlo- ¡No te escapes!

jueves, 25 de octubre de 2012

capitulo 21: La llegada de Sushi


Capítulo 21: La llegada de Sushi.
Los primeros rayos de sol le dieron en la cara. El chico esperaba ansioso en las verjas de entrada de la TAU. No paraba de mirar a un lado y a otro de la carretera que cruzaba justo enfrente de la universidad. Ya debería haber llegado. ¿Y si había algún error y se lo mandaban a otro? ¿Y si habían tenido un accidente por el camino? No, no podía ser eso. Seguro que solo era un retraso. Pero…y si…
Mientras seguía la tesitura del chico, el grupo de gimnasia que entrenaba en el patio paso por su lado. Kurogane estaba entre ellos, pues la asignatura era obligatoria en la carrera que había elegido cursar. Se percató de la presencia de su amigo y, extrañado, fue a ver qué hacia tan temprano en la puerta y solo.
 -¡Eh! ¿Qué haces hay como un pasmarote?
 - Esperar- respondió Fye.
 - ¡Ah, claro! Con eso me lo has aclarado todo- la voz de espadachín rezumaba ironía.
 - He respondido a lo que me has preguntado, si querías que fuese más escueto, haberme hecho una pregunta más elaborada.
 - Me pones de los nervios, vampiro de pacotilla- se irritó Kurogane- ¿Me vas a contestar o no?
 - Sigo sin oír la pregunta, Kurogrosero- canturreó Fye.
Tomó aire, trató de tranquilizarse; pues ya iba a cabrearse de nuevo y tragándose su orgullo; pues era muy temprano para peleas, preguntó:
 -¿Cuál es la causa, motivo o razón, de que te encuentres en las verjas de la universidad, como antes has dicho, esperando? Y ¿Qué consecuencias tendrá lo que vayas a hacer ahora?
 - Así si se puede responder, Kurorin. Pues veras, estoy aquí porque he recibido un mensaje que decía que iba a llegar a esta hora mi nuevo amigo. En el mensaje decía que llegaría a esta hora, pero aun no aparece. En cuanto a las consecuencias no la sé, pero creo que seré feliz, pues tengo un dicho: todo aquel que busca la felicidad, la encontrará. Aunque, claro está, nunca se sabe que nos depara el futuro, con lo que es imposible saber a ciencia cierta las consecuencias de la llegada mi nuevo amigo. La persona que pudiera adivinar esto…
 - Vale, vale, ya he quedado documentado- tuvo que cortarlo el chico moreno, pues entonces seguiría filosofando en voz alta y ya había perdido el hilo de los pensamientos de su amigo hace un rato.
En ese momento, sonó un pitido procedente del grupo de deportistas. Era el monitor que se había dedo cuenta de que le faltaba un alumno.
 -Pues hay te quedas, Merlín sin barba.- se despidió de el Kurogane. Y sin más echó a correr hacia sus compañeros, dejando a Fye filosofando para sí mismo.
*     *     *
 - ¡Qué bien que el temporal haya pasado!-exclamo primera.
Las chicas habían salido como cada mañana a dar su carrerita matutina. Llevaban unos cuantos días de retraso en este aspecto por la lluvia y ahora debían aprovechar ya que el mal tiempo les daba un respiro. Se cruzaron con el grupo de chicos que entrenaban y en el que se encontraba Kurogane. Cuando pasaron a su lado, Sakura no pasó por alto que el chico no le había dirigido ni una mirada a su “amada”.
 -¡Ey!, Tomy, he notado un poco raro a Kurogane.-le dijo a su amiga.
 - Si, yo tampoco sé lo que le pasa últimamente. Parece que quisiera ignorarme todo el rato.
 - Pero, el día del experimento fallido de Fye estabais muy bien ¿no?- se extrañó Sakura.
 - Desde entonces solo me ha hablado para resolver dudas sobre el horario de las clases y cosas por el estilo. Me trata como una compañera más.-en los ojos Tomoyo se podía ver que eso le dolía más de lo que intentaba aparentar.
 - Tal vez tenga algún problema. ¿Has intentado hablar con él?- la chica de  cabellos castaños intentaba ver el problema por el lado bueno.
 - No…- titubeó- Es que… me da miedo: no quiero llevarme una decepción. ¿Y si para el todo ha sido un juego?
 - Claro que no. No es capaz de algo así, es muy noble- la tranquilizo su amiga.
 - Bueno, dejemos de hablar de mi- el humor de Tomoyo cambió radicalmente en cuestión de segundos- ¿Y a ti? Veo que lo tuyo con Shaoran va viento en popa. Esto acaba en boda, hazme caso.- le decía mientras le buscaba las cosquillas.
 - Pues…. si tú lo dices…
*     *     *
Fye seguía en las verjas del recinto cuando las chicas pasaban por allí. Chií se disculpó y se fue con su Fye y las chicas con sonrisas picaras y palmaditas en el hombro la dejaron marchar.
 -Hola- saludo alegremente- ¿Qué haces aquí tan solo?
- Disfrutar del paisaje- brome el chico.
 - Ja, ja, muy gracioso- resopló la chica poniendo los ojos en blanco- y ¿por qué has elegido este lugar?
- Porque es donde tengo que recoger a mi nuevo amigo, que ya se está retrasando bastante.
- ¿Nuevo amigo?- se extrañó ella.
 - ¡Mira, por allí viene!- dijo el vampiro señalando al final de la carretera.
 - Yo no veo nada- Chií intentaba afinar la vista, pero nada daba resultado.
 - ¡Ups! Lo siento, he olvidado que tú no lo ves. Ventajas de ser vampiro- admitió encogiéndose de hombros. Chií no se lo tomó muy bien y se enfurruñó como una niña pequeña, pero poco le duró el enfado cuando Fye se acercó a ella, la abrazó y la besó suavemente en la mejilla.- mira, aquí esta.
Llegó una furgoneta toda de blando(los cristales del maletero y los asientos traseros estaban tintados también de blanco), con un logo muy colorido. Del asiento del copiloto salió un hombre de mediana edad, con una barba blanca de unos cuantos días. Una gran barriga cervecera se marcaba en una camisa de uniforme que le quedaba ajustada en esa parte. Colocándose bien las gafas que llevaba consulto una libreta:
 -Veamos, usted es el señor Fye d. Flourite.- dijo en tono cansado, propio de aquel que esta aburrido de hacer siempre lo mismo.
 - Ese soy yo- dijo el “señor” levantando la mano, como si estuviera en clase pasando lista.
 - Sígame, por favor- se dirigió al maletero, del cual salió un olor a rancio al abrirlo, y cogió una caja de madera con agujeros en la que se podía leer: CUIDADO: MERCANCIA PELIGROSA.
 - Muchas gracias- dijo cortésmente Fye cuando le entregó el paquete. Sin más, el repartidor subió de nuevo al coche, que siguió su camino carretera adelante.
 -Y ¿ahí dentro esta tu nuevo amigo?- pregunto curiosa Chií.
 - Ahora lo veras, ¡Ven conmigo!- y sujetando la caja con el brazo derecho y la mano de chií con su mano izquierda, echó a correr en dirección al edificio blanco.
*     *     *
El vampiro rubio los había reunido a todos en la sala común, pues, según él, lo que allí ocurriría en ese momento cambiaria la historia de la TAU. Había colocado la caja en el centro de la mesa de la sala común y había echo que todos se colocaran alrededor de la misma. Cuando estuvo seguro de que todos le prestaban atención todo la palabra.
 -Bien, os preguntareis porqué os he llamado a todos. Pues la respuesta esta ante vuestros ojos: quiero que todos juntos le demos la bienvenida a mi nuevo amigo. Espero que lo tratéis bien- agregó lanzándole una mirada acusadora a Kurogane.
 - Pues deja de hacerte el interesante y abre de una vez la maldita caja- le espetó este.
 - Si, eso, que me estaba pintando las uñas- se quejó Primera mostrando unas uñas a medio pintar en las que ya se podía ver una bonita filigrana.
 - De acuerdo, no me metáis prisa- el chico rubio cogió una barra de hierro que había recogido del taller del campus para hacer palanca y poder abrir la caja. Coloco la barra estratégicamente de manera que no tuviera que emplear mucha fuerza y abrió por fin la caja. Estaba cubierta por un lecho de serrín, y en un principio nadie vio lo que contenía.
 - Esto… ¿Qué es lo que se supone que debemos ver? ¿Un montón de serrín?- pregunto Shaoran.
 - No, esto- respondió Fye cogiendo algo oculto entre las virutas.
Era un bichejo negro como el carbón y con unas pinzas en lo que parecía ser la cabeza y una cola acabada en un aguijón en el lado contrario. Cuando lo identificaron, Hikari, Tomoyo, Shuogo, Ryhuo  y Kurogane soltaron un grito y se intentaron alejar todo lo posible de la mesa.
 -¿Estás loco? Cómo se te ocurre traer aquí ese animal del demonio- gritó Tomoyo, que de no ser por la tarántula abría descargado su ira sobre Fye.
 - Pero si es encantador- e ofendió el chico.
 - ¿A ti te falta algo verdad? ¿Sabes que es venenoso?- le riñó Kurogane.
 - Que no, que es incapaz de hacer nada malo a nadie. ¿No ves que carita?- lo defendió su dueño.
- Que sabrás tu, si acaban de traértelo. Además, ¿carita? Si la veo, en la carita tiene dos pinzas capaces de arrancarte un dedo- dijo sin poder creer lo que oía el espadachín.
 - Tôya, protégeme- Hikari se había ocultado detrás de su novio, aunque en realidad no le asustaba tanto el animal, pero cualquier escusa era buena para acurrucarse junto a él.
 - No te preocupes- le contesto este- conmigo estarás a salvo- dijo mientras la abrazaba.
 - Vamos chicos, no hagamos de esto un monte- intervino Chií- Fye lo tendrá en una urna y no habrá peligro de que hiera a nadie.
 - De eso nada- saltó el aludido- no pienso meterlo en una urna, Sushi prefiere la libertad.
 - ¿Sushi?
 - Sí, es el nombre que le he puesto- dijo alegremente el chico.
 - Ahora esto- se desespero Kurogane- luego sucederá como con Bobibú, que lo tendré que cuidar yo. Pues esta vez no pienso tocar a esa cosa.
- Pero, Fye, ¿no ves que si no lo tienes en una urna se te puede perder?- intentó razonar Chií.
 - ¡Ah! Por eso no te preocupes, ya lo he pensado- respondió – lo voy a pintar de amarillo fosforito, así será mucho más visible. Es imposible que se pierda.
La chica no acabó muy convencida, pero no supo que decir para convencerlo: cuando Fye se ponía en ese plan, nada podía hacerle cambiar de opinión.
 -Creo que no podre dormir nunca más con ese animal suelto por el campus- dijo Shuogo.
 - A pues no te preocupes, vente a dormir con migo- solucionó Primera- yo te protegeré- ya que a la chica no le asustaba la tarántula
-¡NI LO SUEÑES!- gritaron al unisonó todas las chicas.
*     *     *
- ¿Se puede saber en que estas metido ahora?- preguntó Kurogane.
 - Cumplo con lo acordado- respondió Fye- estoy pintando a Sushi de amarillo fosforito. Por cierto, le he cogido prestado a Primera este pintauñas para ello, no se enfadara ¿verdad?
 - Ya sabes cómo es Primera, no creo que se lo tome muy bien.
 - Bueno, lo hecho esta hecho- dijo el chico rubio restándole importancia- mira como me a quedado.- tendió la mano en la que tenia a la tarántula totalmente embadurnada de amarillo hacia su amigo.
 - Aparta eso de mí, imbécil- dijo este dando un brinco hacia atrás. Aun no había superado su aversión a la nueva mascota de Fye.
 - No le hagas caso, Sushi, Kurobruto no lo dice en serio, es que el es así al principio con todo el mundo.
*     *     *
En el cuarto de las chicas, primera seguía con su sección de manicura cuando se percato de que le faltaba un pintauñas.
 -¿Alguien ha visto mi pintauñas amarillo?- les preguntó a sus compañeras.
 - No, que pasa, ¿lo has perdido?- contestó Sakura.
 - Sí, y me encantaba ese amarillo, era muy “magnibuloso”.
 - ¿Que es, otra palabra nueva?
 - Es la fusión de magnifico y fabuloso, pero eso no es lo importante ahora, ¿me vais a ayudar a encontrar mi pintauñas?- en ese momento recordó las palabras de Fye en la sala común y supo que el tenia su pintauñas.- no hace falta que busquéis chicas, ya se donde esta.
Sin decir nada mas se dirigió a la habitación de los chico de cuarto, pero no le hizo falta andar mucho, pues se encontró con fye por al camino.
 -¡Dame mi pintauñas!
 - ¿Has visto a Sushi?
Los dos hablaron al mismo tiempo, parecía que lo habían ensayado. Las chicas venían siguiendo a primera, pues no querían perderse el espectáculo que se anunciaba.
 -¡Ey, chicas! ¿Habéis visto a sushi?- repitió Fye.
 - No, ¿por?- preguntó Chií.
 - Es que…- al chico le daba vergüenza reconocerlo- lo he perdido.
 - ¡QUEEEEE!- gruñó Tomoyo- esto no puede ser verdad, ¿otra vez la misma historia? A ver si voy a tener que “cambiarte” a ti también.
 - Por favor chicas, ayudadme a encontrarlo- rogó desesperadamente.
Las chicas aceptaron y salieron corriendo en todas direcciones, dejando sola a Primera en mitad del pasillo, esperando que le devolvieran su pintauñas.
*     *     *
Estaba entre las sabanas de la cama de Kurogane. Lo habían encontrado gracias a él, pues cuando iba a echarse una siesta, abrió las sabanas para meterse en la cama y, justo cuando se sentó, notó un pinchazo en el trasero que le hizo dar un bote: era Sushi. Tal disgusto se llevó con el bichito, que lo encerró en la antigua pecera de Bobibú. Cuando lo vio Fye le riñó severamente, pues según él, no era un sitio adecuado para vivir, le hecho en cara que él no sería capaz de vivir en un sitio tan reducido y la discusión siguió durante horas, hasta que llegó Primera:
 -Vale, vale, dejad de pelearos, y tu- dijo señalando a Fye- ¿me vas a dar ya mi pintauñas?
 - ¡Ah! Claro, aquí tienes- y se lo tendió en la mano.
 - Pero…- lo que primera se encontró no era nada parecido a lo que ella tenía: estaba totalmente vacío y pegajoso, pues se había derramado gran parte del contenido.
 - No te quejaras ¿en?- lo he dejado tal y como lo cogí- dijo el vampiro, como si tal cosa.
 - ¿Pero tú crees que yo soy tonta? ¡Esto está completamente vacío, pedazo de merluzo!- estaba realmente enfadada.
 - Ya te decía yo que no se iba a tomar nada bien que le cogieses las cosas sin permiso- dijo en susurros Kurogane. El chico rubio, mientras tanto, inspeccionaba la estancia en busca de una vía de escape.
 - Creo que ha llegado la hora de que cambiemos de persona a la que cambiar- antes de terminar la frase había sacado de la nada un abanico, y lo golpeaba amenazadoramente en la palma de su mano.
El chico saltó por la ventana que tenía a su espalda, y primera, ni corta ni perezosa, lo siguió con un espectacular saltó por todo el campus
    *     *     *
Bueno, estoy subido a un árbol intentando escapar de la loca esa. Creo que me voy a tener que quedar aquí un buen rato, así que me voy a poner cómodo. He pensado que tal vez sea conveniente que tenga a Sushi en una urna como me sugirió Chií. Sí, eso are, evitare muchos problemas de ese modo. Podría decorarla, para darle más alegría a la casa de Sushi, ya que tiene que vivir encerrado que sea en un lugar agradable y también podría… bueno, pero eso son cosas “Fyesonales”. Ya nos veremos en otro capítulo, chao.